Un proyecto en Brasil busca que las plataformas financien al periodismo - Botando Corriente #36
Además: Cambian las normas sobre drogas en Meta | El impacto de la IA en el periodismo.
Las reglas del juego
En Meta está permitida la promoción de sustancias psicodélicas con supervisión médica💊
Así lo decidió la semana pasada el Consejo asesor de contenidos –un organismo que actúa como Corte Suprema en asuntos de moderación de Meta– al revisar el caso de un influenciador en Instagram que promovió, a través de una colaboración pagada, el uso de la ketamina para tratar la depresión y la ansiedad.
Las normas de contenido de marca de la compañía, que establecen las reglas para las publicaciones de creadores de contenido pagadas por terceros, prohíben la promoción de drogas, excepto en entornos médicos supervisados. A su vez, la política de bienes y servicios prohíbe la promoción de drogas sin fines medicinales.
Para el Consejo, las políticas deberían permitir el contenido patrocinado que respalde el uso de drogas como la ketamina, siempre y cuando dichas drogas se administren en un entorno médico. Para el caso en particular, el organismo consideró que no se contaba con pruebas suficientes para demostrar la presencia de supervisión médica profesional, como que el tratamiento se realizara en una clínica o que contara con un diagnóstico real, por lo cual le ordenó a Meta eliminar el contenido que originalmente había dejado en línea.
La situación pone de manifiesto no solo la tensión alrededor de nuevos métodos para tratar enfermedades de salud mental y su discusión y promoción en línea, sino las pautas que rigen el trabajo pagado a creadores de contenido y el desarrollo de influencia en plataformas digitales. El Consejo le recomendó a Meta actualizar el lenguaje de su política bajo esta nueva interpretación y garantizar que el contenido de colaboraciones pagas sea revisado bajo las normas comunitarias y no solo las de contenido de marca.
Un proyecto en Brasil busca que las plataformas financien al periodismo
Las redes sociales y el periodismo tienen un matrimonio difícil. En tiempos de crisis, los clics y reproducciones de muchos medios de comunicación aumentan, pero las suscripciones pagas y la publicidad no siguen el mismo rumbo. La concentración del mercado publicitario en las plataformas, la descentralización del ecosistema de contenidos y los cambios en los hábitos de consumo, entre otras, tienen al periodismo enfrentando un dilema existencial.
Un proyecto de ley discutido la semana pasada en la Cámara de Diputados de Brasil pretende establecer una compensación de las redes sociales a los medios de comunicación. Según el texto presentado por el diputado Elmar Nascimento, las plataformas con más de dos millones de usuarios en ese país deberán pagar a los medios de comunicación por el uso de contenidos periodísticos en sus plataformas.
La propuesta hace parte de una iniciativa que busca actualizar las normas de derechos de autor en Brasil. No obstante, anteriormente estuvo incluida en el el llamado “proyecto de ley de las fake news”, otra iniciativa actualmente en trámite para regular a las plataformas de redes sociales.
La medida podría beneficiar a personas jurídicas con al menos un año de existencia que produzcan contenido periodístico de manera original, regular, organizada y profesional y que mantengan una dirección física y un editor en Brasil. Según el texto, los contenidos periodísticos serían aquellos que traten de hechos, opiniones y acontecimientos de interés público, independientemente de cuál sea su formato. El proyecto prohíbe que las compañías de redes sociales eliminen contenidos periodísticos con el propósito de exonerarse del pago.
La coalición Direitos Na Rede, que reúne a más de cincuenta organizaciones en defensa de los derechos digitales en Brasil, ha defendido el proyecto como una forma de financiar el periodismo. Sin embargo, llamó la atención sobre la necesidad de que la remuneración llegue a medios independientes, organizaciones públicas y sin ánimo de lucro.
El pago podrá ser pactado entre las plataformas y los medios de comunicación, con la posibilidad de establecer negociaciones colectivas. Para fijarlo, se tendrá en cuenta el volumen del contenido, el alcance de las publicaciones y la inversión de los medios, teniendo como referencia el número de periodistas que tengan contratados.
Para Bia Barbosa, coordinadora de incidencia de Reporteros Sin Fronteras para América Latina, estos criterios podrían ser contraproducentes, pues la manera en la que están planteados favorecería en mayor medida a los grandes conglomerados de noticias, mientras que proyectos alternativos, con audiencias más específicas y equipos de trabajo reducidos recibirían una porción menor.
Además, Barbosa señala la importancia de idear mecanismos para evitar que la norma termine por beneficiar la producción de contenidos desinformativos o de baja calidad. De momento, el proyecto de ley contempla como requisito que las publicaciones remuneradas observen “principios y valores de conducta” en la actividad periodística. Sin embargo, no está claro quién tendría la potestad de evaluar estos criterios.
En la última década, programas como el Google News Initiative o el Facebook Journalism Project han desembolsado cientos de millones de dólares a medios de todas partes del mundo a través de subvenciones, créditos de pauta, entrenamientos y donaciones. Si bien estas iniciativas han servido para financiar contenido de interés público, también alimentaron una relación asimétrica entre medios y plataformas.
Estos convenios dependen en últimas de las plataformas y no obedecen a una política pública de promoción del periodismo. Por otra parte, como lo expone una investigación de Charis Papaevangelou, en muchos casos están sujetos a acuerdos de confidencialidad con escasa transparencia frente a la opinión pública.
En los últimos meses, las compañías de redes sociales han respondido con fuerza a propuestas de remuneración a medios. Así ocurrió en Canadá con la Online News Act, que tras ser aprobada provocó que Meta restringiera el acceso a noticias en sus plataformas. A su vez, Google anunció que eliminaría los enlaces a medios de comunicación canadienses en los resultados de su motor de búsqueda y otros de sus productos. Reacciones del mismo corte se presentaron en Australia a comienzos de este año a raíz de la discusión de una norma análoga.
En mayo de este año, cuando se preparaba la discusión del “proyecto de ley de las fake news” en Brasil, las plataformas también desplegaron una operación de rechazo al intento de regulación, con mensajes de alarma en sus pantallas de inicio y en sus canales oficiales, lo que en su momento fue señalado por las autoridades brasileñas como una campaña de publicidad engañosa para manipular el debate público. En medio de ese clima tenso, se tomó la decisión de eliminar del proyecto el artículo sobre la remuneración a empresas periodísticas.
Por otras vías, en algunos países se ha propuesto la creación de impuestos o tasas para que las redes sociales financien de manera indirecta el periodismo y los contenidos de interés público. La discusión, sin embargo, se empantana por cuenta de la ambigüedad y riesgos de las normas propuestas, los intereses de los gobernantes de turno, la respuesta defensiva de las plataformas y la pérdida de confianza hacia los medios de comunicación masivos.
Circuito Académico
El impacto de la inteligencia artificial en el periodismo 🗞️
Como en varios sectores de la sociedad, las salas de redacción de medios de comunicación de todo el mundo han empezado a apoyar sus labores en herramientas de inteligencia artificial (IA) para redactar textos, transcribir o recolectar datos a través de modelos de lenguaje.
Este es uno de los objetos del artículo AI in the News: Reshaping the Information Ecosystem?, elaborado por Felix M. Simón y Luisa Fernanda Isaza, investigadores de la Universidad de Oxford, quienes exploran la adopción de la IA por parte de organizaciones periodísticas y los efectos de estas herramientas en el acceso a la información.
Aunque el escenario de una sustituci ón del periodismo por parte de la IA no parece factible, pues asuntos como la verificación de datos o el análisis crítico de contexto requieren de intervención humana, el trabajo pone sobre la mesa otras tensiones alrededor del impacto de estas tecnologías en la divulgación y el control de la información.
Se trata esencialmente del poder de la IA en la distribución y visibilidad de noticias en plataformas digitales. De acuerdo con la investigación, la infraestructura de sistemas como Google y Meta ejerce un control inevitable en el acceso a contenidos informativos, y por tanto sus decisiones sobre contenido sugerido implican una influencia considerable en las audiencias y su experiencia en el consumo de noticias.
Sin embargo, para contrarrestar esta tendencia y maximizar las ventajas de la IA en las organizaciones periodísticas, el documento recomienda construir alianzas dentro de la industria, involucrando a medios independientes y de distintos países con el objetivo de hacer frente común a los desafíos de este fenómeno.