Meta revisará el programa con el que protege a cuentas de políticos y celebridades - Botando Corriente #25
Además: tras un escándalo, Twitch cambia sus reglas sobre 'deepfakes' sexuales. Spotify baila al ritmo de TikTok. Meta avanza para competirle a Twitter. La relación entre influenciadores y políticos.
Las reglas del juego🚨
Twitch modificó sus normas comunitarias para aclarar que el contenido de explotación sexual generado a través de técnicas de manipulación, como los deepfakes, está prohibido en la plataforma y puede provocar la suspensión permanente de una cuenta. Esta regla aplicará incluso cuando la intención de los usuarios sea criticar o rechazar el material.
La medida se toma unas semanas después de que el streamer Atrioc fuera accidentalmente descubierto mientras veía deepfakes sexuales de otras creadoras de contenido en la plataforma.
Si bien este tipo de montajes están prohibidos en muchas redes sociales bajo políticas contra la desinformación o la manipulación, el episodio pone de presente el abanico de contenidos problemáticos que puede abrirse a través de los deepfakes, un mecanismo cada vez más prevalente a raíz de la democratización de las herramientas de inteligencia artificial generadoras de video.
Meta revisará el programa con el que protege cuentas de políticos y celebridades
Para defenderse de acusaciones de violencia sexual, en 2019 el futbolista Neymar Jr. publicó en Facebook e Instagram un video que incluía conversaciones con la mujer que lo había denunciado y fotos en las que ella aparecía desnuda. La publicación, que incumplía las normas comunitarias de ambas plataformas por divulgar contenido íntimo no consensuado, alcanzó a tener más de 56 millones de reproducciones antes de que fuera eliminada.
Detrás de la dilación estaba el programa de verificación cruzada de Facebook –hoy Meta–, también conocido como “cross-check” o “X-Check”, un sistema que permite que altos perfiles, como políticos, celebridades o grandes empresas, gocen de una evaluación más permisiva frente a posibles faltas en las plataformas de Meta. Según la compañía, este programa permite identificar contenido que corre más riesgo de ser eliminado por error, escalándolo a instancias más altas dentro de los equipos de moderación, de manera que se mitiguen los riesgos de falsos positivos y se garantice la libertad de expresión de los perfiles beneficiarios.
El programa salió a la luz en 2021, a partir de una serie de reportajes del Wall Street Journal conocidos como los Facebook Files, que revelaron ésta y otras prácticas cuestionables dentro de la compañía. Por ese entonces, Meta pidió una opinión a su Consejo asesor de contenidos, un organismo independiente que actúa tanto como un tribunal de cierre de casos de moderación como un cuerpo de consulta para estos asuntos.
En su investigación, el Consejo llamó la atención sobre el trato desigual que recibían los usuarios de las plataformas de Meta, la falta de transparencia respecto al funcionamiento del programa y el daño que podía causar la permanencia en línea de contenido que incumple las normas de la plataforma. El organismo criticó el programa y sugirió que estaba diseñado para garantizar la viabilidad del negocio, pues en efecto una sanción a un jefe de Estado o a una marca muy visible podría poner en riesgo la operación de Meta o sus ingresos. En diciembre pasado, el Consejo le hizo 32 recomendaciones a compañía para mejorar distintos aspectos del sistema y armonizarlo con los derechos humanos de los usuarios.
Recientemente, Meta anunció que acogería por completo 11 de estas recomendaciones, mientras que implementará parcialmente otras 15. De acuerdo con la compañía, en los casos en los que sea posible, separará en dos ramas los equipos de trabajo encargados del programa, según la protección a las cuentas se dé por razones de libertad de expresión o por prioridades comerciales de la compañía. Además, Meta acordó actuar de manera inmediata en casos de contenido que se identifique como gravemente violatorio.
Aunque el Consejo pidió que se marcaran públicamente las páginas y cuentas de actores estatales, candidatos, aliados, medios y periodistas que estuvieran protegidos por razones comerciales, Meta adujo que una medida de ese estilo podría exponerlos a ataques.
La compañía también guardó reserva frente a la participación de la sociedad civil en la nominación de usuarios que puedan contar con este beneficio. El Consejo le había pedido trabajar de la mano de organizaciones para identificar candidatos para el programa, un asunto especialmente relevante en los lugares en los que Meta no tiene suficiente presencia como para comprender quiénes necesitan una mayor protección de su libertad de expresión. Sin embargo, la compañía no se comprometió a hacer mucho más de lo que ya hace: mantener relación con la sociedad civil y escuchar sus opiniones para diseñar unos criterios más equitativos. Según la matriz de Facebook e Instagram, la posibilidad de que la sociedad civil participe en un proceso formal de nominación será “explorada”.
Aunque el Consejo celebró varios de los compromisos de Meta, también hizo patente su insatisfacción con algunas respuestas. Mientras que varias de sus recomendaciones apuntaban a que el programa tuviera criterios claros, de manera que quienes los cumplieran pudieran aplicar para ser beneficiarios, la decisión para dar este tratamiento preferencial sigue siendo de exclusiva discrecionalidad de Meta.
Preguntas y respuestas
¿Cuál será el futuro del programa de verificación cruzada? El programa sigue adelante. Tanto Meta como el Consejo encuentran necesario establecer protocolos para prevenir que el contenido de algunas voces relevantes sea eliminado por error, sometiéndolo a un tipo distinto de revisión. Con las recomendaciones implementadas por Meta el programa busca ser más transparente y tener criterios más claros.
¿Qué implica para los usuarios? En general, la interacción de los usuarios en la plataforma continuará igual. Aunque el programa tendrá criterios de eligibilidad más definidos, las personas no podrán aplicar para ser beneficiarios. Tampoco se le notificará a los usuarios que reporten un contenido si la cuenta que lo publicó está protegida por verificación cruzada.
¿Cuál será el lugar de la sociedad civil? El Consejo buscó que la sociedad civil tuviera un papel más participativo en el diseño de los criterios para aplicar al programa, especialmente en los territorios en los que Meta no tiene suficiente presencia. Sin embargo, la compañía aseguró que esta posibilidad solo será “explorada”.
El negocio, socio
Spotify baila al ritmo de TikTok
La plataforma musical más poderosa del mundo cambiará la pantalla inicial de su aplicación para recomendar de manera más clara contenido a sus usuarios, incluyendo videos verticales —un estilo impuesto por TikTok y en parte adoptado por Instagram y YouTube.
Desde hace un tiempo, Spotify le ha apostado a nuevos formatos y al contenido creado por usuarios. El cambio de diseño apunta a reforzar su propósito de convertirse en una plataforma de descubrimiento de artistas y creadores de podcasts.
La campaña por extender sus fronteras más allá del contenido musical implica también nuevos retos, como el de reforzar las políticas y sistemas de moderación para controlar la desinformación y el lenguaje de odio que pueden venir de la mano con una mayor apertura para la publicación de otros tipos de contenidos en la plataforma. El año pasado Spotify se enfrentó a su mayor crisis de esta clase por cuenta del podcast de Joe Rogan, un producto en el que la compañía había invertido cien millones de dólares y que tuvo como retorno una lluvia de críticas por desinformación, pues en algunos episodios los invitados y el propio conductor hicieron afirmaciones engañosas sobre las vacunas contra el covid-19.
Esta apuesta también puede poner a la compañía en la mira de los reguladores y enfrentarla a mayores requisitos para su operación. Recientemente, con la entrada en vigencia de la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea, Spotify tuvo que declarar la cantidad de usuarios activos en en ese territorio. Sus datos, sin embargo, fueron cuestionados, pues pareciera que la compañía estuviera tratando de evitar ser considerada una “plataforma en línea de muy gran tamaño”, una denominación de la ley que, basada en la cantidad de usuarios, impone obligaciones más estrictas en materia de transparencia y control del contenido problemático.
Meta avanza en su carrera por ocupar el lugar de Twitter
Desde la compra de Twitter por parte de Elon Musk y los cambios que la compañía ha tenido en sus manos, se ha especulado con la próxima plataforma que ocupe su lugar como foro de discusión digital.
Aunque en principio la llegada de Musk provocó el exilio de miles de usuarios a Mastodon –una red de microblogueo de código abierto– el entusiasmo inicial se ha ido perdiendo. A estas alturas, es muy posible que el verdadero competidor de Twitter provenga de una plataforma comercial. Meta ha venido tanteando este terreno a través de la función de notas de Instagram. Sin embargo, según se ha conocido, la compañía está trabajando en una aplicación independiente que funcionaría de manera descentralizada, es decir, en la que los usuarios tienen la posibilidad de unirse a distintos servidores para comunicarse con una audiencia determinada bajo las reglas de moderación específicas de cada grupo.
La aplicación, que por ahora se trabaja bajo el nombre de ‘P92’, cuenta para su desarrollo con la infraestructura de Meta, que tiene las capacidades de producto, diseño y moderación necesarias para crear una red que capitalice el declive de Twitter.
Circuito Académico📖
El papel de los influenciadores en las campañas políticas
Desde hace años la publicidad política cuenta con un aliado indispensable para alcanzar nuevas audiencias: los influenciadores de redes sociales. Si bien la visibilidad de un candidato a través de las cuentas o páginas de un creador de contenido puede movilizar miles de votos a favor o en contra, estas relaciones todavía operan bajo niveles muy bajos de transparencia. La ausencia de una regulación o de escrutinio público ha permitido que estas colaboraciones se lleven a cabo sin que los seguidores de los influenciadores conozcan a ciencia cierta si el apoyo a un candidato es genuino o si corresponde a un acuerdo publicitario.
Este paper desarrollado por investigadores de la Universidad de Texas indagó en el área gris en la que los creadores de contenido trabajan al momento de relacionarse con campañas políticas, el rol de las agencias de márketing digital o de representación de influenciadores, las tensiones y los distintos niveles de negociación que se presentan en el desarrollo de estos acuerdos. “Se espera que en el futuro la relación entre campañas e influenciadores se haga más profesional, sofisticada y estructurada, en la medida en que las compañías de intermediación cada vez conectan más campañas con influenciadores y en la medida en que las herramientas de management se hacen más accesibles”, aseguran los investigadores.