De Instagram a las urnas: el caso de Taliana Vargas en la campaña a la alcaldía de Cali - Botando Corriente #41
Además: el contenido sobre dietas no podrá ser monetizado en Meta | Usos de la inteligencia artificial por parte del Estado en Colombia
Las reglas del juego 💰
El contenido sobre dietas no podrá ser monetizado en Meta
Los algoritmos de recomendación de las redes sociales pueden exponer a usuarios, particularmente adolescentes, a contenidos problemáticos relacionados con dietas que promueven la delgadez como ideal de belleza. Por esta razón, desde hace un tiempo, las plataformas prohíben contenidos que fomenten trastornos alimenticios.
Sin embargo, no todas las promociones de dietas peligrosas están prohibidas por las normas de las plataformas. Así lo interpretó esta semana el Consejo asesor de contenidos de Meta –un organismo que actúa como Corte Suprema en asuntos de moderación de la compañía– al revisar el caso de una mujer italiana que había publicado dos videos sobre los beneficios de llevar una dieta basada en jugos de frutas.
Según el Consejo, este tipo de videos no incumplen la política de suicidio y autolesión de Meta, pues no se refieren directamente a un trastorno alimenticio. Además, para el organismo la mención de esta dieta fue hecha en un contexto descriptivo que no equivale a promover, alentar o instruir a otros a participar en ella.
Sin embargo, dado que los vídeos se compartieron en una página que forma parte del programa de monetización de Meta, el Consejo le recomendó a la empresa incluir el contenido relacionado con dietas extremas y dañinas como una categoría restringida en sus políticas de monetización de contenido.
De Instagram a las urnas: el caso de Taliana Vargas en la campaña a la alcaldía de Cali
En las elecciones regionales que Colombia celebró el domingo pasado varios creadores de contenido lograron canjear likes y seguidores por votos en las urnas. En Bogotá, cuatro influenciadores obtuvieron una curul en el Concejo de la ciudad, mientras que en Cali, Alejandro Eder, quien resultó electo como alcalde, contó en el núcleo de su campaña con la fuerza de las redes de su esposa, la actriz y exreina de belleza Taliana Vargas.
Este último caso es un ejemplo excepcional sobre la influencia en redes sociales con fines políticos. De manera paralela a la campaña política de su esposo, Vargas apoyó su candidatura con contenido viral sobre su relación conyugal, su vida en familia y el turismo en la ciudad. Además, a partir de su experiencia como directora de Casa en el Árbol, una fundación que trabaja con niños, niñas, adolescentes y mujeres de sectores vulnerables, se presentó como una gestora social para Cali –una figura cada vez más común entre las primeras damas– en caso de que Eder ganara las elecciones.
La cuenta de Instagram de Taliana Vargas, con más de 3,5 millones de seguidores, se convirtió en la vitrina principal de la candidatura de su esposo. Habló en primera persona del desarrollo de la campaña y, en la recta final, cuando empezaron a aparecer agresiones y se intensificó la desinformación, fue ella quien les pidió a sus seguidores que verificaran las noticias que recibían (y sugirió que lo hicieran en las cuentas de ella y de su esposo en redes sociales). “Ustedes saben que somos personas honestas, lo que nos mueve es la verdad, nos mueven los valores, la fe, revivir a Cali”, dijo en esa oportunidad.
La estrategia se basó en presentar al matrimonio como una fórmula. A un mes de las votaciones, la actriz se dirigió a su audiencia para decirles: “Sé que si escoges de manera acertada Alejandro y yo te abrazaremos, te mostraremos resultados y te llevaremos a tu máximo potencial(…) Nosotros creemos en ti, Cali. No dudes tú en creer en nosotros”
Esta narrativa también fue impulsada como publicidad en redes sociales. En Facebook e Instagram, se promovió un anuncio en el que ambos aparecen abrazados y que los presenta como un 2x1 para la ciudad: “Con nuestra experiencia y el trabajo social, vamos a revivir a Cali”. En otro, la publicidad política toma la forma de una declaración de amor: una imagen de ambos, en la que Eder se identifica como “el esposo de Taliana Vargas”, va acompañada de una sola frase: “Te amo @Taliana Vargas Carrillo”.
En las últimas ocho semanas, la actriz publicó 23 reels relacionados directamente con la campaña. Algunos de ellos superaron las dos millones de reproducciones; el menos visto tuvo más de 300.000. Con frecuencia, los videos se publicaban en las cuentas de ambos a través de la función de colaboración de la plataforma.
En la novedosa modalidad de un matrimonio, este caso se suma al márketing de influenciadores que desde hace algunos años las campañas políticas han venido implementando; una forma de promoción que las autoridades no terminan de abordar, y cuya falta de regulación y vigilancia puede llegar a vulnerar las reglas electorales en puntos como los límites de gasto o los tiempos habilitados para hacer propaganda electoral.
En una carrera que parecía perdida, Alejandro Eder le terminó sacando más de diez puntos a Roberto Ortiz, quien lideraba las encuestas. Sin duda, influyeron muchos factores en su triunfo, empezando por la adhesión que hizo la tercera en contienda, Diana Rojas, quien renunció un mes antes de las elecciones. Sin embargo, también tuvo en su esposa un poderoso megáfono, al que incluso algunos electores extrañaron –medio en broma, medio en serio– en el tarjetón.
Polo a tierra
Usos de la inteligencia artificial por parte del Estado en Colombia 🤖
Un mapeo reciente elaborado por los investigadores Juan David Gutiérrez y Sarah Muñoz Cadena encontró que en Colombia las entidades públicas han implementado 113 sistemas de decisión automatizada (SDA) para cumplir con sus funciones.
Según la investigación, el poder ejecutivo lidera la adopción de estas herramientas, con un 93% de los casos registrados, seguido en mucha menor medida por entidades de la rama judicial y organismos de control, con un 7%. Por su parte, no se registró que estas tecnologías hayan sido implementadas todavía por la rama legislativa.
Aunque estas tecnologías pueden optimizar la toma de decisiones y facilitar que el Estado cumpla con sus funciones, los investigadores alertan sobre posibles riesgos para derechos fundamentales como la privacidad, el debido proceso, la igualdad y la defensa. Un ejemplo concreto se encuentra en programas estatales de asistencia social, donde se recopilan datos personales de la población para su posterior clasificación mediante algoritmos que pueden presentar sesgos discriminatorios.
Además, es posible que el uso de los SDA afecte la justificación de las decisiones tomadas por la administración pública. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando no hay transparencia sobre los algoritmos o cuando se constituye una caja negra, es decir, cuando no es posible comprender bajo qué proceso el sistema toma una decisión. En estos casos, señalan los investigadores, se vería limitada la posibilidad de apelar para ciudadanos perjudicados por una decisión automatizada.